lunes, 14 de diciembre de 2009

La ley del silencio


Resultan ya muy aburridos los juegos sucios del Real Madrid para intentar recortar la diferencia con el F.C. Barcelona. Es muy bajo deportivamente hablando intentar equilibrar el déficit de juego con el superávit de poderes (mediático entre otros muchos). Pero hay quien justifica el éxito al precio que sea. Y hay que reconocerlo, el Madrid en eso es muy campeón.

El club blanco, hablemos claro, se asemeja bastante a la mafia siciliana. Consiguiendo todo lo que se propone para el absoluto beneficio propio. Ejerciendo y haciendo ejerecer su propia ley y, más adelante, pasando si es necesario al crimen organizado.
Al igual que la Cosa Nostra, los miembros y seguidores del Real Madrid se consideran, como bien dice su himno; ‘hombres de honor’. La Administrazione está formada el Capofamiglia o Don, también llamado "Ser Superior" o "Florentino Pérez", los Consiglieres Jorge Valdano y Emilio Butragueño, el Caporegime Raúl y los Uomini d’onore o soldati que en nuestro caso serían los pobres jugadores.
Los miembros de los distintos clanes mafiosos emplean una serie de «códigos de honor», inviolables, de los cuales el más conocido es la omertá o ley del silencio, y por supuesto el Madrid la hace respetar muy bien.
A bote pronto, se me ocurren dos únicas diferencias. La primera es que el fascismo italiano obligó a la mafia a emigrar del país y sin embargo, el fascismo español fue un pilar fundamental del madridismo. Y la segunda, esta vez una cuestión de tecnicismos. Y es que mientras la mafia italiana controlaba el mercado de droga, tabaco y prostitución con la colaboración de jueces y policías, el Madrid utiliza árbitros y periodistas para dominar el mercado del fútbol.

La última de la Casa Bianca es una continuación de la estrategia más utilizada en los últimos tiempos; intentar desestabilizar. El Madrid, a través de sus marionetas preferidas (As, Marca) ha puesto el grito en cielo porque el pasado sábado, Iturralde González hizo su función señalando penalti al ver como claramente, Baena cometía sobre Xavi la novena de las infracciones que el reglamento de la rfef establece en su regla XII Faltas e Incorreciones, es decir: agarrar a un contrario. Sin embargo, eché bastante en falta entre el medio centenar de insufribles páginas de texto de estos diarios algún comentario en relación al penalti de libro que le hicieron a Henry. O alguna frase que citase brevemente los dos goles anulados al Valencia por fuera de juego inexistente. Aunque tal vez en esos medios desconozcan la regla del fuera de juego, ya que el primer gol madridista se produjo incumpliendo esta norma, y de ello no hay nada escrito. Es algo así como la famosa ley del silencio. Pero sólo para algunas cosas, por supuesto.

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