martes, 24 de noviembre de 2009

Casualidades y misterios.


El sábado pasado, viendo en un bar el Real Madrid - Racing de Santander, escuche que alguien decía: "a este Madrid le falta que vuelva pronto De La Red".
El comentario hizo que me volviese a acordar de aquel chico que fué Campeón de Europa y que a pesar de los deseos de aquel aficionado, no volverá a jugar nunca más al fútbol. ¿Y eso? ¿Por qué?

El día 30 de octubre de 2008, Ruben de la Red cayó desplomado al suelo mientras disputaba un partido de Copa del Rey contra el Real Unión de Irún. El ex-jugador fue trasladado a un hospital donde le realizaron multiples pruebas para conocer la causa real del desmayo. Los resultados: "insuficientes".
El día 18 de noviembre, el presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, confirmó en una entrevista en la cadena Ser, que el jugador sufría un problema cardíaco del que estaba siendo tratado por los médicos del club, aunque al día siguiente desmintió sus palabras a través de un comunicado en la página web oficial del club. ¡Qué despiste!

Ha pasado más de un año de aquello, y después de innumerables pruebas, parece que nadie sabe cuál pudo ser la causa del desvanecimiento. O al menos eso es lo que nos dicen.
Y es que, sinceramente, no me creo que la ciencia que ha conseguido avances casi futuristas en biotecnología médica sea incapaz de detectar, por ejemplo, una simple miocarditis (se detecta facilmente con una ecocardiografía). Y no me lo creo no porque yo sea muy desconfiado, o porque cada vez que dicen que siguen investigando suene a chiste. No es que no me lo crea porque resulte raro que un chico de 22 años asuma el fin de su carrera con tanta naturalidad. No me lo creo porque es algo que ya me suena de algo.

Son muchos los futbolistas que han muerto de forma súbita en los últimos años, pero nunca nadie sabe la causa. Cuando muere un actor octogenario, al día siguiente conocemos el porqué. Cuando (raramente) muere algún joven famoso en accidente de tráfico nos cuentan cómo fué. Pero curiosamente, cuando un joven deportista fallece de forma súbita el misterio para justificar su muerte es total.
En agosto de 2007 murió el sevillista Antonio Puerta, su autopsia no se hizo pública (que raro), aunque algunos médicos sospechan que una embolia fue la causante de su fallecimiento, Por cierto, echen un vistazo a este artículo a ver si le suenan los riesgos de la EPO. Hay quien pensará que tan sólo fue cuestión de mala suerte. A ellos recordarles que Puerta sufrió 14 mareos y un desmayo en el último año. Demasiado para creer en las casualides.
El último caso parecido llega con la muerte de Dani Jarque, también en agosto, aunque del 2009.
Desde aquí les invito a que busquen en cualquier hemeroteca los resultados de su autopsia. Yo me he vuelto loco haciéndolo y ni rastro. Tal vez es que no existan.
En los casos de Puerta, De la Red y Jarque hay algunas cosas comunes; los tres son jóvenes, que sufrieron sus incidentes durante los primeros meses de la temporada (con la importancia del trabajo físico de pretemporada muy reciente) y lo que es más desconcertante, habiendo pasado por las manos del mismo entrenador: Juande Ramos.

No estoy señalando directamente al entrenador manchego como responsable del susto de De la Red y de las muertes de Puerta y Jarque, pero es cierto que algunas cosas son demasiado sospechosas para creer en las casualidades. Tal vez el castigo de Tamudo y la espantada amistosa de Walter Di Salvo tengan algo que ver en todo esto.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Spain is different


El partido España-Argentina disputado el sábado no sólo sirvió de excusa para celebrar el falso centenario de la Federación Española de Fútbol. Antes del encuentro se presentó el himno que nuestra selección se llevará al Mundial de Sudáfrica y con el que se pretende que los españoles animemos al equipo.

La Federación ya había anunciado que presentaría el himno momentos antes del partido. Y aunque tenía el presentimiento de que, una vez más, la canción sería tan insulsa que tres meses después del torneo caería en el olvido, me había prometido no juzgarla antes de haberla escuchado bien. Y eso es lo que hice. O mejor dicho, lo que intenté hacer, porque en cuanto escuché los primeros acordes en clave de sevillanas ya sabía que aquello no acabaría bien.
La letra parece una parodía de todos los tópicos que la propia España se ha encargado de exportar. Comienza intentando asumir la identidad de la Furia Roja "que fue por su garra, su casta y coraje" pese a que hace décadas que perdimos el honor de poder calificarnos así. Y es que si ahora la selección goza de una buena salud es gracias al juego de toque que aportan los Xavi o Iniesta y no a la garra, casta y coraje que puedan tener los italianos o los alemanes. Eso por no hablar de años previos en los que La Roja se paseaba por Europa dando más pena que risa. La canción acaba con un muy desafortunado ¡Viva España, viva España!, seguido de otra gran muestra de esa España de charanga y pandereta que decía Machado y que orgullosos tanto nos esforzamos por enseñar ("Olé España. olé España, olé, España").

El estribillo viene a decir algo así como que los españoles somos los mejores, una arraigada creencia que nos seguimos creyendo. Y es que si somos los que mejor cocinamos, los más graciosos y con más arte. Si somos los más listos porque trabajamos menos y dormimos más con nuestra envidiada siesta. Si no hay quien nos gane en baloncesto y si lo hacen es porque los americanos y los chinos nos hacen trampas. Si ganamos todo en ciclismo y sino es porque los demás se dopan. Si Nadal es mucho mejor que Federer. Si Alonso pilota mejor que nadie pero el coche es muy malo y sus ingenieros y mecánicos más. Y como no, si los proyectos de Madrid 2012 y 2016 eran clarísimamente los mejores pero nos quedamos sin Juegos Olímpicos porque en el COI nos tienen envidia y nos han robado... ¿Cómo no vamos a ser los mejores el fútbol?

domingo, 8 de noviembre de 2009

En dopaje 2+2 no son 4



Hace unos días la revista Interviú publicaba un interesante reportaje sobre dopaje en el que sale a la luz información extraída del sumario en el que una juez de Valladolid investiga una trama de dopaje de ciclistas y atletas.

El reportaje habla de sobre la llamada Operación Chinatown en la que se investiga al Doctor Jesús Losa. Y digo que se investiga porque es la forma políticamente correcta de decir lo que está pasando, aunque evidentemente no sea la forma más precisa de denominar lo que hacen (o lo que dejan de hacer).
Pues bien, esta investigación surgió gracias a las declaraciones del ciclista Moisés Dueñas, uno de esos que se ofrecen para ser héroes una vez que les han pillado, y quién dijo que quería colaborar en la lucha antidopaje señalando al Dr. Losa como responsable intelectual de su positivo. De igual forma reconoció su relación con Losa la también ciclista Maribel Moreno, quién llegó a escribir mensajes SMS al galeno como “Darte la razón en todo lo q m decías. No me kise dar cuenta ni hacer caso a nadie. Ojalá t ubiera exo kaso”. De Moreno se ha sabido que incluso llegó a inyectarse EPO en el aeropuerto de Barajas antes de salir hacia Pekín. Un acto más grotesco incluso que su ortografía en el mensaje.

Las escuchas telefónicas sacan a la luz los nombres de muchos deportistas, sobre los que destaca un ganador español del Tour de Francia, quien dice al Doctor Losa que “Ya me llegó con el acojone del Tour. Menos mal que no soy ambicioso y no había tomado nada de lo que me habías dado… Has estado a punto de mandarme al paro y arruinar mi carrera”. Añade: “Quiero vivir tranquilo en lo que me queda de bici… Mi único objetivo es estar lo más tranquilo posible y llegar hasta donde pueda”. Y concluye: “No voy a soltar un euro más”. Este ilustre ciclista del que no se ha hecho público el nombre, aunque viendo su nueva filosofía de vida resulta fácil adivinar de quién se trata, renuncia así a continuar contando con los servicios de Losa, ya sea por amor a su salud, por temas económicos o por deportividad y respeto al deporte limpio (se permite dudar de esta última opción porque ni yo mismo me la creo).

De los deportistas citados en el sumario, tan sólo Dueñas y Moreno dieron positivo, y sin embargo es evidente que no fueron los únicos que se doparon. Dicen que 2+2 no siempre son 4, pero es que el porcentaje de deportistas dopados/casos positivos es tan bajo que se escapa a cualquier lógica. ¿Tan malos son los métodos antidoping?, ¿Tanto evolucionan los medicamentos dopantes?, ¿Tan listos son los médicos que dopan?, ¿Tan tontos los encargados del antidoping?, ¿Se permite y se encubre el dopaje para algunos? Parece que todas estas preguntas tienen una misma respuesta: Si. Rotundo.

Llegados a tan deprimente situación del panorama deportivo sólo se me ocurre una solución justa e imparcial; legalizar lo que hoy conocemos como dopaje.
Esta solución que por salomónica, en principio pueda parecer cruel, tiene argumentos y contraargumentos para desactivar cualquier opinión contraria.

En primer lugar he de aclarar que no hay persona en el mundo que desearía más que yo un deporte completamente limpio, pero la historia ha demostrado con testimonios de deportistas retirados que se dopaban y sin embargo nunca les pillaron que los métodos antidoping no son fiables o suficientes. Son muchos los que reconocen que se dopan, ¿pero y los que no lo hacen? No somos conscientes de la cantidad de dopados que hay y nadie se entera y ya va siendo hora de dejar de hacer el paripé y asumir que el método no funciona.

Se considera dopaje el empleo de fármacos o sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento de los deportistas. Cualquier deportista de cierto nivel, según esta definición oficial se dopa. Por tanto estamos partiendo de una premisa demasiado confusa. Los defensores aférrimos de la lucha contra el dopaje se agarran a dos principios básicos: Primero, la defensa del deporte en igualdad de condiciones. Y segundo, el salvaguardad la salud del deportista. Para el primero de sus argumentos sólo decir que la desigualdad se consigue precisamente prohibiendo el dopaje, ya que unos se doparán (y a la mayoría nunca les pillarán) mientras otros no se atreverán a pasar la línea legal.
Para el segundo de los argumentos es necesario poner un poco de criterio y especificar que todos los macro y micronutrientes que tomamos a diario, incluso de forma natural, tienen un valor UL de toxicidad a partir del cual se convierten en potencialmente peligrosos o muy peligrosos para el organismo. En resumen, todo en exceso es nocivo.
La eritropoyetina, por ejemplo, es una hormona que cada organismo produce de forma natural a través de sus riñones y sin la cual la vida sería imposible. Cada persona produce una cantidad hormonal diferente, y como dijo el Doctor Eufemiano Fuentes, es más peligroso practicar deporte con valores bajos de hematocrito que con valores normales. Por tanto, prohibir determinadas sustancias abogando por la salud del deportista es demasiado hipócrita como para considerarlo un argumento de peso.

Por otra parte, existe el jugoso beneficio que como siempre produce lo prohibido. Siempre que exista una prohibición habrá quienes se enriquezcan al margen de ella, gracias a ella. Pero en este caso es una prohibición especialmente peligrosa, ya que los que quieran sacar tajada de lo prohibido lo harán. Pero con un pero. Es muy difícil investigar las dosis adecuadas para diferentes sustancias de forma furtiva, las consecuencias; sobredosis accidentales, trombosis y muertes. También es muy dificil mantener condiciones higiénicas en laboratorios clandestinos, y el perjudicado siempre es el mismo: el deportista.

Por tanto, yo digo que nos dejemos de hipocresías y falsas morales. Asumamos que en asuntos de dopaje 2 + 2 nunca serán 4 y dejemos al deportista decidir lo que quiere en un deporte transparente.